Aún no estando seguro que le era atractiva, el maldito voraz no perdonó. Bestia nocturna insaciable que se deja llevar indistintamente por cada sutil aroma o palabra, menos un simple roce. Todas las noches son de ganar, qué más da, la vida es una sola pensaba de manera borrosa y en silencio mientras sumaba una nueva víctima en su bitácora.
A lo lejos, su mejor amigo, miraba con cierta tristeza como la única que le había contado tiempo atrás le gustaba, no pasó la prueba de la blancura, su ahora conocido, menos.
-Gonza
